jueves, 11 de junio de 2009

Wing Chung : Haciendo a la nación mas fuerte .

Basta con ver las noticias de la televisión, para recibir un bombardeo de anuncios alarmantes: cambio climático, caída de los mercados financieros, un violador anda suelto; robos, violencia e inseguridad en la capital y el conurbano bonaerense, crisis agropecuaria y piquetes, índices de inflación altísimos, muertos por doquier en combates en medio oriente y diferentes rincones del planeta …
Vivimos en un tiempo en el que falta una brújula sólida que nos oriente, y la felicidad tan buscada y anhelada, parece que se aleja, los planes deben cambiar, no es raro ver tristeza, depresión y hasta desesperación en la gente que viene para aprender de nosotros.
Los métodos de reflexión que ofrecen Oriente ( zen, taoismo) y Occidente ( psicoanálisis, filosofía, psicoterapias) esclarecen solo a unos pocos, las rutas posibles a seguir a través del autoconocimiento. Pero no ofrecen ejercicios, mecanismos y métodos que ayuden a ponerlos en acción. A producir un cambio en” lo real” (reuniendo el músculo, el corazón y el cerebro), para una modificación positiva de nuestra realidad y su percepción.
Y entonces recuerdo ese enigmático “poema marcial” chino (“Kuen Kuit”) del que tanto hablamos con el Sifu Carrizo: “Wing Chung: haciendo a la nación mas fuerte”. ¿Puede la importación de una práctica marcial de origen chino, trasplantada en suelo argentino, influirnos en la creación de una nación mejor para vivir, hoy, año 2008, en un país que los creadores del sistema ni siquiera imaginaron? Respuesta posible: Wing Chung es una práctica de renovación de adentro hacia fuera, un discurso de fuerza, inteligencia y sensibilidad en movimiento, surgido por el centro de nosotros mismos.
Lejos de promover una nueva plataforma ideológica, llamar a un plan de lucha particular, simplemente ejerzo una posibilidad de cambio desde un trabajo “uno por uno”, sin matices religiosos ni políticos. Haciéndonos cargo de nosotros mismos, aprendiendo a defender derechos y a luchar por lo que se desea ( la felicidad posible, no ideal), se buscan oportunidades sin perder el centro ni perjudicar a los otros. Esta ética se aprende en la práctica de Wing Chung, que enseña autodefensa combinando fuerza y astucia, mientras nos conecta con el núcleo de nosotros mismos y los semejantes.
El arte marcial como factor de cambio, instrumento de autoconocimiento profundo que se vuelca a la acción, ofrece posibilidades y oportunidades únicas en la reconstrucción de nuestro tejido social, de nuestra identidad nacional, de nuestro proyecto como comunidad de argentinos. Si a la fuerza y el coraje de la práctica marcial se la combina con la meditación, la reflexión, la enseñanza ética, se producen cambios individuales y grupales que se expanden por toda la red social, como las ondas producidas por una piedra que cae en el lago.
Para eso los sifus, senseis, sabones tenemos que asumir nuestro rol social de educadores y líderes “colaterales”. Más allá de las diferencias de escuelas o estilos, enseñamos a las personas a usar fuerza e inteligencia para resolver problemas, y así defender, luchar y pensar una sociedad y un país mejor.
Hacemos la nación más fuerte. Pero en un trabajo indirecto, uno por uno. Puede parecer muy poco. Y sin embargo ese poco… ¡es tanto!
Lic. Leandro Crivellari
info@sdswingchung.com.ar