martes, 7 de enero de 2014

PSICOANÁLISIS <> ARTES MARCIALES: ¿qué relación ?

por Lic. Leandro Crivellari ( Publicado en la Revista Addenda Literatura y Psicoanalisis, nro 0, Diciembre 2013)

Me dedico a una clínica  diferente a la del psicoanálisis: algo que  podría  llamar una “Clínica de la violencia intersubjetiva  enmarcada por el orden simbólico: Artes Marciales”.
Digo fuerte y  claro que es otra cosa diversa de un Psicoanálisis. Pero como Allouch en “Lacan- Freud, que relación?” me interrogo sobre los significantes comunes entre ambos: inconsciente, pulsión, transferencia, repetición.  Los 4 conceptos fundamentales del psicoanálisis,  lo son también de las artes marciales
Las Artes marciales son una “otra clínica” porque se ejercitan  en  el marco de una institución  donde individuos  se reúnen semanalmente  a trabajar, a cultivar y domeñar sus fuerzas: se golpean,  hacen gestos de ataque y defensa. Mueven cuerpo, combaten, luchan. Se ayudan, rivalizan.  Y  luego dicen que se sienten mejor después de todo  eso.  El film “El Club de la Pelea” inspiró el desarrollo de esta experiencia, una experiencia de combate que tenga capacidad de ser productora de sentidos nuevos: sobre todo si no  está dirigida por un líder psicótico con doble personalidad ( Brad Pitt, Edward Norton), sino por un Profesor  analizado (y advertido) de que” se hace lo mejor que se puede” con el goce de cada uno.
 En esta clínica las personas se relacionan entre sí, hay una teoría o Saber que instaura un universo simbólico, Ideales, y nombres del padre que son los referentes del pasado, cuyas historias transmitidas de manera oral y escrita, construyen una mitología que sostiene y da sentido a la práctica. En el caso de mi disciplina, “Wing Chung” en chino significa “canto o discurso (wing) del centro ( chung)”. Ese centro lo concibo como semejante al concepto de objeto a , motor y causa del deseo, lo que se escapa en el encuentro entre el cuerpo y el lenguaje que constituye nuestra teoría. Ese deseo o  Chung Chi (en chino “empuje que brota del centro” ) es por los centros del otro,  justo donde coinciden los bordes orificiales del cuerpo.  Kung Fu en chino  significa “Saber Hacer” y se compone de 2 ideogramas “Trabajo (Kung) y Tiempo (fu)” .
Esta práctica genera  algunos vínculos muy comprometidos y duraderos entre compañeros/as.
En las clases particulares, el alumno llega, conversa con el profesor. La conversación estructura la experiencia corporal, que luego será revisada por ambos.
 En las clases grupales, se propone un entrenamiento colectivo, al final de la clase, llega el momento de combatir con equipos y protecciones que permiten proteger el cuerpo y habilitan a que pulsión de muerte se manifieste,  buscando la “máxima intensidad con el mínimo sufrimiento posible”. Sufrir es gozar. El dolor es goce. Entonces si “se goza lo menos posible”, quizás por eso estamos en una práctica de contacto pesado, pero muy vital, enmarcada dentro del principio del placer.
En esta disciplina, hay un dispositivo llamado “Brazos adherentes”(chi sao), donde dos personas “presionan” creando puentes, nudos,  intentando lograr formas corporales que permitan sacar ese empuje corporal ocupando el centro del otro, sin por ello lastimarlo. Es decir que es una violencia  regulada,  pasa por un lenguaje y termina sublimada, sin hacer daño.
Luego  está el  combate,  los practicantes deben  decir  que les pasó con eso.  Y dicen. Y  se  escuchan. El profesor a veces hace una devolución, a veces un silencio, a veces un chiste .Y se van a casa pensando. Hay reflexión en el intervalo entre clase y clase.
Pero más que nada pienso que es otra Clínica, porque yo soy practicante,  profesor, pero también  soy psicoanalista. No tanto por haber ido a la universidad y graduarme, sino por ser un sujeto atravesado (quizás salvado/rescatado) por el análisis personal durante más de dos décadas , que no es garantía, pero ayuda (“un análisis llevado hasta las últimas consecuencias produce un analista”, nos enseña  Lacan). Debo decir también, que muchos de mis alumnos se analizan. Es decir que eso también favorece la producción de sentidos, y una dinámica que enriquece las clases, y también sus propios análisis.
 Entonces hay una presencia y una escucha   nutrida por el psicoanálisis, un  Deseo del Analista que está instalado, y el conocimiento de la teoría posibilita ocupar el lugar y  circular por los cuatro discursos que  formalizó Lacan  (Maestro/ Amo, Analista, Histérica, Universidad). Hay  “disponibilidad” de un  Profesor que  también es Analista, a ser tomado y rodeado (“aludido”) por las pulsiones y los decires de los alumnos, estableciendo condiciones reguladas,  para  la aparición y puesta en acto  de diversas formas de Transferencia (simbólica, imaginaria, y real). En artes marciales el cuerpo  real del Maestro no sólo es rodeado por las pulsiones, sino que  muchas veces es  golpeado, cortado, quebrado y traumatizado por esos amores y odios de transferencia. ( “ La agresividad en psicoanálisis”. En los Escritos de Lacan).
En general trabajo con neuróticos hombres, que sufren  del peso de sus ideales, y que presentan un interés especial por la violencia, el cuerpo, el saber, el poder, la muerte, el Padre.  Las mujeres son minoría, en general vienen con temor de ser atacadas o violadas. Las que practican seriamente y  duran en el tiempo, revelan una compleja relación con el Padre (generalmente  padres que  desearon que fueran varones) y aparece una interrogación respecto de “lo que significa ser una mujer”( el misterio del goce femenino).
Hombres y mujeres traen sus fantasmas, angustias,  y se les propone un entrenamiento corporal que sea luego  puesto en palabras, que  les permita una “desfijación” de su lugar de padecimiento (miedo, inseguridad, malestar con su estado atlético, etc)  y un desplazamiento a posiciones más sanas y libres, luego de reconocer y asumir la agresividad. Se intenta invitarlos a ir apropiándose de algo de su deseo y de su goce,  haciendo conscientes fantasías violentas,  al  recrearlas de modo supervisado, como si se tratara de un verdadero espacio psicodramático.
 Se trata de mover y combatir, pero también de sentir y hablar de eso surgido en esa  otra escena que constituye la Sala  Marcial ( “Kwoon”, “Dojo”; “Lugar donde se practica el Camino”). Allí también se aprecia una dimensión virtual ligada a la clínica psicoanalítica.
Lo pulsional se ve en la repetición insistente, en un esfuerzo continuo, que recuerda lo que dice Lacan, de que la pulsión nunca tiene un “goal” sino más bien un “Aim”, es el rodeo , el circuito lo que importa. Oscar Higa, famoso Karateka argentino, decía “Comenzar y llegar, pero fundamentalmente, transitar. “The journey is the reward” ( la jornada es la recompensa), me dijo uno de mis Maestros norteamericanos . Se mueve  mucho pero nunca se llega del todo.  Hay más bien una circulación que una llegada. Pero en mi disciplina Wing Chung, hay también un Pase de nivel final, que trata sobre el “corte” (son unos cuchilos dobles), y simboliza el momento que se termina, muy parecido a un Fin de análisis. Es decir que aunque no se llegue, hay posibilidad de un final y de una buena salida de eso. Y ahí se hace el pase de de Alumno a Maestro, al igual que el de analizante a a Analista.
Entonces en esta  Clínica  pasan cosas (buenas y malas) se producen cambios. Con el  tiempo,  se observa algún tipo de “cura”, lo que el sinólogo Francois Jullien llama “transformación silenciosa” aunque  sea diferente a una cura psicoanalítica, porque se despliega  principalmente en el campo imaginario de los cuerpos en movimiento, de la tensión agresiva entre participantes. Pero también está llena de palabras y símbolos.
Allí donde  la abstinencia  freudiana  contraindica “tocar y actuar”, el profesor de arte marcial  está más acompañado por Lacan que por  Freud, porque él  TIENE que tocar, mover, hacer, poner el cuerpo y entonces el  concepto de Acto Analítico le permite mayor libertad de movimiento. Como dice Lacan en la bella apertura del seminario 1 “ El Maestro interrumpe el silencio con cualquier cosa, un sarcasmo, una patada. Así procede en la técnica zen,  el maestro budista  en la búsqueda del sentido”. 
 Lacan nos permite e  invita a un psicoanálisis más descontracturado: “sean   Uds mismos, más relajados, como  payasos. Pero no me imiten!” (La Tercera) . El humor también es descontracturante de una sala de energías densas. Hay aparatos de madera que representan personas para golpear. Una Bolsa de box apodada “el Psiquiatra”. Es decir que no sólo hay un “Pegan a  un niño”. A veces hay un “pegan a un psiquiatra” que quizás permite que no me lleve yo en mi cuerpo, todos los  atentados, parricidios y plus de goces de los alumnos.
 Cuando la estructura simbólica de regulación de goces falla, y  las leyes  y “Códigos de comportamiento marcial” son transgredidas, y  entonces hace su aparición lo Real en el exceso,  tomando la forma del accidente, el corte ( aquí  se trabaja con palos y cuchillos), el trauma, y el acting out (la pelea justificada o no, fuera de la Escuela).
A pesar de todas estas vicisitudes, los practicantes, sin embargo  hablan de algún tipo de mejoría en sus vidas después de esta clínica extraña y anómala.
 En los “Pases de Nivel” (exámenes físicos que concluyen con un testimonio oral de la experiencia vivida por el sujeto en su tránsito por las artes marciales) se escucha” Me siento con más seguridad”, “más tranquilidad, más relajado”  y a veces llegan hasta la gratitud:  ¡muchas gracias!.
Por qué sucede esto?  En el decir de Jacques Allain Miller “un encuentro con un psicoanalista versátil nunca hace mal” . Yo coincido, y creo también que  encontrarse con un profesor de artes marciales que no sea perverso, tampoco. Porque que los hay, los hay.
Creo que al psicoanalista lego puede interesarle este campo, porque las artes marciales son el campo del poder, de la violencia, y de un intento de tener un saber acerca de lo real.
Un campo para ejercitar la pulsión (de muerte), tratando de hacer “Arte y Vida” con eso.
Parafraseando a Heráclito vía Heidegger y retomado por Lacan “ El Arco Bios es la vida, pero su obra es la muerte”. Hacer artes marciales es apasionante: Es hacer vida con la pulsión de muerte.
“Llevar el Goce al picadero“ de modo que haya descarga y rebajamiento del nivel de goce, con una ganancia de placer porque se acota/descarga  al goce en el movimiento, pero  también  porque se lo hace pasar por el molino de las palabras. La violencia  en las artes marciales se encuentra contenida por la Ley y sostenida por la presencia del “Nombre del Padre” (en Chino, “Si Fu” significa “Maestro-Padre”). Cosas que interesan a todo/a psicoanalista.
En relación a la ley, el padre y las figuras de autoridad: hay 3 frases del ícono del cine y gran artista marcial  Bruce Lee que son muy importantes. Bruce Lee es Freud en las artes marciales, porque fue el primero que reconoció la primacía de la verdad del sujeto por encima de las escuelas y doctrinas. Las 3 frases de Bruce Lee  son homologables a la Etica  psicoanalítica  de asumir la verdad subjetiva  y propia  descubierta.  Hacerse cargo Y luego ver que se hace con eso.
1.       “El Artista Marcial tiene que hacerse responsable de si mismo, y de las consecuencias de sus actos”( Enter the Dragon, 1973). Es decir que NO hay arte marcial  que produzca resultados“clínicos” si no hay un  HACERSE CARGO por parte del sujeto.
2.       “Arte Marcial significa HONESTAMENTE EXPRESARSE A UNO MISMO SIN MENTIRSE” ( Lost Interview, 1971) Aquí aparece la importancia de expresarse, se invita a la libertad de hacerlo sin engaños, similar a la invitación de la “asociación libre” analítica. “Eso” que salga, lo que sea,  será verdadero).
3.       “A mis alumnos  les enseño a pelear, no tanto para que salgan y lo hagan con alguien (no se invita al Acting Out), sino más bien para usar la expresión combativa, como una forma de expresión de violencia, furia,  determinación personal. Entonces  mis estudiantes me pagan, no tanto para golpear a alguien, sino más bien, para que yo les enseñe, en formato combativo,  “el arte de expresarse a sí mismos a través del cuerpo humano” (Bruce Lee. Lost Interview, 1971).
Aquí como en el psicoanálisis, el practicante  va a abrir y conocer a sus demonios interiores, y el Maestro es Freudiano en el sentido de “no salir corriendo con la aparición de los demonios invocados”, y Lacaniano en el  de “no retroceder” ante   la locura (propia y la de los demás)”.  (Algunos psicóticos vienen y practican en la escuela un tiempo, con un abordaje especial).
Por eso  es importante a posteriori ver cuál es el lugar que le da el sujeto a eso, cómo se ubica luego de vivir esa experiencia  de los golpes:  esos compuestos RSI,  envasados  en   los cuerpos imagen que transportan una carga  Real cortada por significantes simbólicos. Las Máquinas deseantes de Deleuze, funcionando,  acoplando, flujos  y cortes. Gastándose y produciendo algo. Dejando caer un resto.
En el combate, mientras el imaginario se mueve, lo real aparece en el shock vivido en la experiencia  del choque.El orden simbólico asegura tanto la repetición y codificación, como también una posibilidad de que eso pueda llegar a tener algún sentido  que sea asumido por el individuo .
Como sucede con el Psicoanalista,  el Maestro de artes marciales trabaja como Freud “con materiales explosivos”. La agresividad y la violencia (y a veces la sangre)  lo salpican, lo enchastran. Y lo implican. Como Profesor que también es analista: “estoy advertido” y entonces acepto lo que aparece:  la condición humana. En palabras de Kant: es “Lo que me cabe esperar”. Es el pesimismo de Freud  escribiéndole a  Einstein sobre la Guerra. Que nos cabe esperar? La caída de máscaras, y luego? la  aparición de “lo siniestro”: la agresión,  la violencia en acto…
 Hay que hacer algo con eso. Ponerlo a trabajar de algún modo que , en parte, lo transforme.
Pero acaso no son las “perversidades” buena parte del juego humano de transitar y vivir? Incluso en las neurosis lo son.  Aquí es donde el diagnóstico diferencial debe determinar si  lapersona que viene tiene una estructura que está contraindicada para que se le enseñe.
Lacan  nos advierte  de que un psicoanálisis (o cualquier saber que  anoticie al sujeto de verdades importantes que le pueden dar un poder/saber/ventaja en su  quehacer ligado con los otros)  está contraindicado para los imbéciles y los canallas. Entonces: No ofrezco enseñanzas para aquel que goza  demasiado haciendo  daño o usando a los demás para su goce.  Es mi Etica, mi Límite, mi ley.
Por ser las artes marciales el campo de la guerra, de la violencia, del poder, y del dolor, obviamente, perversos y psicópatas están muy interesados, y vienen aquí, justamente por la misma razón que en la consulta psicológica/psicoanalítica, perversiones y psicopatías sólo  aparecen cuando las trae de la oreja un sistema familiar, una denuncia policial, o una causa penal.
 Sabemos que  la Perversión, o las Psicopatías (montaje psicopático)  no tienen intenciones de ser analizadas ni transformadas. Aquellos que gozan del sometimiento del otro, sin cuestionamiento de su propio sometimiento a su Gran Otro, no quieren saber. Quieren ACTUAR. Dominar. Gozar, hacer, sin pensar.
En la clínica de las  artes marciales, dado que son la fuente la guerra y del poder corporal…aparecen  las 3 estructuras: Neurosis, Psicosis, Perversión. Y  también los Montajes Psicopáticos.
 Pero eso no significa castigar “la perversidad neurótica”, cuando aparece. Significa simplemente y siguiendo las enseñanzas de Freud y Lacan, llevar al sujeto a asumir su deseo, lo que implica también asumir su violencia. Como  sucede en el análisis, cierto grado de transferencia negativa, manifestado en forma de agresividad, es fundamental para el progreso en las artes marciales, en su doble faz de movimiento corporal y desplazamiento del sujeto en su percepción y relación consigo mismo, los demás y el mundo.




Bibiliografía
·         S. Freud. “Sobre la Dinámica de la Transferencia” 1912, Obras completas, Amorrortu Editores, Tomo XII
·         S. Freud “ Mas Allá del principio del placer” (1920-1922), Obras completas, Amorrortu Editores, Tomo XII
·         J. Lacan “ La Agresividad en Psicoanalisis”,  “Escritos 1” , Siglo XXI editores
·         J Lacan “ Los Escritos Técnicos de Freud”, Seminario 1, Paidós
·         J lacan “ Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanalisis”
·         J Lacan “ El reverso del Psicoanalisis”, Seminario 17, Paidós
·         Sergio Rodriguez  “En la Trastienda de los análisis”, Voumen 3, capítulo 9, “ El cuerpo del analista”
·         Oscar Lamorgia, “Psicoanalisis: Escritura de la Falta en Ser, Letra Viva Anexo III, “Los duelistas”
·         François Jullien, “Cicnco conceptos propuestos al Psicoanalisis, El Cuenco de Plata
·         Jacques Allain Miller y otros (comp.)” Psiquiatria y Psicoanalisis 2. “Perversos , psicópatas, antisociales, caracterópatas, canallas”, Grama ediciones
Jean Allouch “Lacan-Freud ¿Qué relación?, Psicoa