miércoles, 6 de septiembre de 2017

Carta a una Mujer en peligro

Hola,
si estás leyendo esto, es porque sos alguien que estuvo o está en peligro, o conoces a alguien que lo está, o pensás que puede  llegar a estarlo.
Hoy vi en el noticiero  el caso de una mujer que tuvo que fingir haber muerto para sobrevivir a un ataque de género de su ex pareja, después de que éste la atropelló con la camioneta.

Y sentí que quería sentarme a escribirte a vos. Una mujer asustada, en peligro.




Araceli, Anahí, Angeles,Candela... son tantos tantos nombres, tantas  noches sin poder dormir bien, pensando en el sufrimiento de esas mujeres, de esas chicas. De lo que me hubiera gustado haber podido decirles, enseñarles, advertirles, ayudarles a despertar su autoconciencia de su realidad como mujeres: ser deseadas, amadas, odiadas, incomprendidas y envidiadas. Como cuidarse y como lidiar con eso? Como desarrollar un poder que uds las mujeres poseen en uds mismas, pero que no conocen, no saben que tienen?.

Mi abordaje de esta carta no va a ser tratarte como a una víctima. Aunque lo seas, no te ayudará demasiado a ir hacia  un nuevo lugar para vos. Ser consciente de que sos víctima, que te proteja la ley o una organización de derechos de las mujeres, ayuda claro. Por un tiempo.
Pero para que el cambio sea duradero y sostenible en el tiempo, tenes que asumir tu parte en el problema en el que estas. Tu rol pasivo pero participante en una historia de violencia.

 Se empieza  con asumir que hay un problema, que estás en problemas, y que si no haces algo nuevo, distinto,  un corte, un cambio, un pedido de ayuda efectiva, estás en peligro serio.

No me voy a concentrar en las características del hombre ( o también otra mujer funcionando como un hombre sometedor)  que te quiere asustar, maltratar,  dañar, pegar, abusar, violar, matar, sino en lo que podes hacer vos, en aquello que vos podes cambiar. Aunque no creas que sea posible ahora...podes elegir detenerte acá, o seguir leyendo. Eso ya es una decisión.

Yo te voy a hablar a través de estas letras,  y vos vas a ir viendo que sentís y pensas con lo que escribo. Y eso ya es un cambio. Una pequeña idea nueva que se instala. Una luz. Una puerta a una oportunidad de empezar a ser una mujer diferente..

Las mujeres son amadas, odiadas, perseguidas, atacadas, sometidas, disputadas, envidiadas y temidas desde el inicio de los tiempos y durante toda la historia humana. Hay algo en la condición femenina, algo en relación a su misterio, al velo, a su belleza, a su capacidad de crear vida, a la primera dependencia materna, al poder de la sexualidad femenina,  que resulta perturbador para los hombres. No quiero hacer un raconto historico de como las mujeres fueron perseguidas, quemadas, mutiladas, por diversas religiones, y cuantas sufrieron y murieron para obtener sus derechos a votar, a elegir con libertad, a hacerse escuchar.  Desde que el mundo es mundo, las mujeres sufren estas cosas. Y los hombres sufren otras. Y eso no va a cambiar.
Y si cambia, yo no lo voy a ver en lo que me queda de vida, de inmediato no sucederá.

Así que por el lado de los hombres...ese cambio no vendrá, o será pero mas adelante. No te da el tiempo para esperar eso. Hay hombres que no son malos, ni enemigos. así que es importante que vayas hacia un lugar nuevo en vos para que empieces a percibir que no todos los hombres son iguales, que hay buenos hombres, pero que a veces, una posición subjetiva, una historia familiar,  no te permite verlos o encontrarlos.
Entonces hay que cambiar desde vos. Desde tu identidad de mujer. Desde la singularidad absoluta que te hace a vos, y a cada una de ustedes, una por una, igual a ninguna, indefinibles, ricas y polifacéticas, fuente de poder y creación de vida, portadoras de la belleza, la sensibilidad y la sabiduría en los vínculos.

Que me autoriza a escribirte esta carta?
 Primero, mi deseo de que no estés en peligro. Tiene que ver con mi historia. A mi me criaron mi mamá y mi abuela. Sin hombre presente en la casa, desde chiquito me preocupó que les pasara algo, y entonces también a mi me pasaría algo.  Esas mujeres me mostraron que eran muy fuertes a su manera, pero no tuvieron como existen hoy,  la oportunidad de una terapia o un entrenamiento para desarrollar el poder femenino, porque en aquél momento tampoco se hacía o se hablaba de ello. Hicieron lo que pudieron, y creo yo , suficientemente  bien ,como para que yo esté  agradecido pero no prisionero de ellas. Me convertí en  alguien que ayuda a los hombres y mujeres a descubrir y desplegar su potencial subjetivo desconocido, no aprovechado.
Segundo. mi formación como psicoanalista, muchos años de análisis personal, y en grupo con otras mujeres. Entender la femineidad de la mano de otras mujeres, conocer las causas de la violencia y los resortes íntimos de estas tramas pasionales, son importantes para poder dar una chance de que cambie algo dentro de lo posible para cada mujer.
Tercero y quizas lo mas importante: los testimonios de lo que me dicen mis pacientes y alumnas mujeres desde hace mas de 20 años. Soy un hombre limitado como todos,  pero que escucha a las mujeres, y va cambiando sus ideas , sus técnicas y abordajes,  a medidas que ellas me dicen y  enseñan lo que va para ellas y lo que no.


Como salir del peligro? Como posicionarte distinto frente a aquél que quiere someterte a la fuerza?. Lo conozcas porque es tu pareja, tu familiar, tu vecino, o sea un desconocido, el primer Acto no es una acción sino una decisión : Querer dejar de sentirte prisionera, víctima, impotente.

Tenes que haber llegado a un punto que el miedo, el odio, la vergüenza, han impactado en vos a tal punto, que no podes vivir tranquila. Que eso molesta bastante . O demasiado, y empezó a privarte de una libertad que antes tenías y te gustaría recuperar.

El siguiente Acto es iniciar una preparación, un proceso y un entrenamiento.

La preparación es íntima, individual:  decidirte y aceptar que vas a atravesar momentos difíciles para lograr un cambio. Que ese otro que te domina y te hace peligrar, si es alguien conocido, de algún modo te tiene "enganchada", ya  instaló en vos la violencia y el odio. Y eso, por desconcertante que te suene, a veces funciona como una droga, un tóxico mental en el vínculo que se empieza a repetir y del que cuesta salir. Y aumenta y pide más. Fundamentalmente me refiero ahora a la violencia de género, con la pareja, o la violencia intrafamiliar. Prepararte para un cambio bueno pero que te costará porque será difícil, porque deberás dejar modos de vincularte que te tienen "enganchada".

El proceso es iniciar una terapia de algún tipo. Animarte a pedir ayuda y consultar a profesionales especialistas que te permitan abrir un espacio de libertad interior en vos donde tengas aire para empezar a hacer movimientos, a ser escuchada y aconsejada ante la violencia que te hace peligrar.
Saber que no estás sola, escuchar testimonios de mujeres que vivieron otras experiencias con rasgos en común, te ayuda a tomar conciencia del problema como tal, a terminar con la negación y empezar a sentirte parte de una colectividad de mujeres quehan sufrido como vos, y que pudieron hacer un cambio.

El entrenamiento consiste en desarrollar tu agresividad, tu capacidad para protegetrte y defenderte,  y canalizar la violencia ( TU violencia contenida, tapada por el miedo, enojo, verguenza) que te infectó el agresor, a través de cualquier forma de entrenamiento ( sea Wing Chung,  Box, Karate, Tae Kwon Do, Jiu Jitsu, etc) en la que te fortalezcas físicamente y mentalmente como para que tu personalidad se asiente en un cuerpo nuevo de mujer. un cuerpo distinto, mas fuerte, mas autoconsciente de sus potencias y sus vulnerabilidades. En lo posible, prácticas que no te enseñen a convertirte en victimaria y ahora ocupar el rol del agresor violento, sino que contemplen la posibilidad de enseñarte a protegerte y parar la agresion para inmediatamente SALIR DE AHI.
Las mujeres que sufren violencia de género, fueron criadas en alguna forma de violencia, y reproducen esos patrones de relación aprendidos en la vida adulta. Eligen o se sienten atraídas por hombres que tienen rasgos compartidos con los que se vivenciaron en etapas tempranas. Y entonces lo mas complicado es que se sienten amadas o valoradas solo cuando el amor viene así de torcido, con dolor, con violencia, con abandono, con maltrato y desvalorización. Muchas mujeres me han dicho que no sienten atracción por hombres buenos, cariñosos, protectores. Sino que se sienten seducidas por esos hombres que definen como excitantes, poderosos, transgresores,  seductores y posesivos con los que se terminan enganchando en un modo enfermizo de vinculación.

Esa es la parte mas difícil: la decisión de que eso no va mas, que ya hace mas mal de lo que gusta o engancha, que repetirlo o mantenerlo aumenta las chances de llegar a lesiones graves o a la muerte.

En la televisión se habla de la violencia pero no de lo que sucede en la intimidad, de la pasión, de lo vibrante e intenso que se siente sentirse insconscientemente en esa posición de objeto. Desde la pregunta "que soy para él que me pega y se descontrola por mi?" hasta la idea de que " pobrecito no quiso hacerlo, no puede vivir sin mi" , algunas mujeres se sienten imprescindibles y valiosas en los momentos de abuso y violencia. Estas mujeres no conciben que haya relaciones de amor donde no haya sufrimiento. Confunden pasión con amor. Violencia con ser valiosas para el otro
La pasión sin amor solo tiene que ver con un placer del cuerpo o de la fantasía, con una intensidad muy  fuerte pero breve, que te deja mal después de la pelea, del conflicto, del maltrato. Es una intensidad muy alta, pero  al precio de una desvalorización y una angustia enorme a posteriori.

Soltarse de un vínculo tóxico, patológico, correrse a una nueva posición de mujer, implica entonces una renuncia a participar de ese ciclo de goce "en la violencia y de la violencia". Sea como objeto, como instigadora, como víctima. Salir de ahí...se hace necesario porque se llegó a un punto que eso no va mas sin tener consecuencias.

Para eso se hace necesario reconocer la violencia dentro tuyo, aunque sea una violencia pasiva.
Y sacarla afuera y ponerla a trabajar en un contexto seguro.

Golpear objetos, bolsas, ponerse guantes y pegar mucho pero sin lastimar al otro, sino para ayudarte a vos y al compañero/a a hacerse mas fuertes. A enseñarse mutuamente a protegerse de los golpes, a canalizar la violencia en un lugar donde se puede pensar eso, y se lo puede convertir en fuerza y determinación para tu trabajo, tu vida, tus seres queridos. Y no repetirlo así en el ciclo de violencia doméstica o familiar.
La terapia ayuda a detectar los momentos violentos en vos misma, tus provocaciones, impulsos, tus repeticiones de la violencia que aprendiste de chica, que viste, o que te afectó de un modo que no percibiste.


Finalmente, si el agresor es alguien que amas ( o que vos  crees que esa intensidad pasional que hace daño es amor), es necesario que hayas construido un amor posible, primero a vos misma y a la vida, que sea mayor que la pasión o atracción que sentis por el agresor conocido. Por protegerlo, justificarlo, perdonarlo, apañarlo.

Esto es quizas el trabajo mas difícil: llegar a quererte, a confiar en vos misma, a poder sentirte merecedora de otra forma de amor para vos, un amor mejor, otra forma de vínculo, donde después de la pasión ( que quizas no sea tan hiperintensa como la que viviste con el agresor), sentís que estás mas feliz,  mas linda y mas valiosa que antes.
La preparación, el proceso y entrenamiento para empezar a ser otra mujer,  permiten que se abran las chances para un amor a vos misma y a los demás que inicien un nuevo tramo de tu vida donde lo penoso pueda quedar atrás, para empezar a descubrir las posibilidades vitales que se abren a tu existencia como mujer.

Espero haberte llegado con mis letras

Un abrazo afectuoso

Leandro Crivellari
5/9/2017