El rasgo común de las disciplinas que inspiraron a SDS es hacer de lo inconsciente nuestro centro. También podría decir: hacer centro en lo inconsciente.
Captamos, para ello, lo inconsciente en tres registros: movimiento, palabra y silencio, utilizando Artes Marciales (Centrales), Meditación Zen y Psicoanálisis (espacios de reflexión con orientación analítica) como instrumentos para acceder a sus manifestaciones indirectas.
Invitamos al sujeto, sin imposiciones, a transitar, conocerse, hacerse y deshacerse en los tres. Cabe a él o a ella elegir por que experiencias de despliegue central o inconsciente desea atravesar.
La formalización, investigación y experiencia directa de este acto de "hacer centro en lo inconsciente" es un desafío constante, requieren rigurosidad, precisión, paciencia, interdisciplina, y sentido del humor para sostener el recorrido.
De alinear el centro físico, mental y emocional, es de donde extraemos nuestro caudal potencial. De lo inconsciente, de donde obtenemos el plus de energía y la comprensión para destrabar el potencial central que no usamos.
Nuestro viaje representa una triple historia de conocimiento: en el corazón de su cruzamiento nos renovamos permanentemente.
Hacer de lo inconsciente nuestro centro es subvertir nuestra visión de nosotros mismos y del mundo, para pensar y experimentar allí donde somos y no pensamos, en un movimiento del centro hacia el borde, hasta encontrar un límite, y probar un nuevo retorno.
Verdadero proceso de disolución de las imágenes falsas que constituyen nuestro yo.
Del establecimiento, a través de ese dolor y de esa "micromuerte", de una nueva posición subjetiva.
Nuestra ética como Guías en SDS es contribuir al desarrollo simbólico, movilizar a una redefinición subjetiva permanente, ejercitar nuevos modos de pensar, expandir la percepción; para que el sujeto gane un saber, una energía y una libertad que le otorguen bordes y cauce a su lado mortífero, terreno a su pulsión vital, mediante percepciones y símbolos que le permitan vivir más cerca de un deseo apropiado y asumido.
Viajeros atravesando lo desconocido, navegamos por lo inconsciente, en un viaje permanente entre los bordes abismales del alma y su Centro.