jueves, 11 de junio de 2009

Textos de Castaneda sobre "Hombres ( y Mujeres) de Conocimiento

Sobre "El Camino" y "Los Caminos"

..."Un camino es sólo un camino entre cantidades de caminos. Cualquier cosa es un camino entre cantidades de caminos. Por eso debes tener siempre presente que un camino es sólo un camino; si sientes que no deberías seguirlo, no debes seguir en él bajo ninguna condición. Para tener esa claridad debes llevar una vida disciplinada. Sólo entonces sabrás que un camino es nada más que un camino, y no hay afrenta, ni para ti ni para otros, en dejarlo, si es eso lo que tu corazón te dice. Pero tu decisión de seguir en el camino o de dejarlo debe estar libre de miedo y de ambición. Te prevengo. Mira cada camino de cerca y con intención.
Pruébalo tantas veces como lo consideres necesario. Luego hazte a ti mismo, y a ti sólo, una pregunta. Mi benefactor me habló de ella una vez cuando yo era joven, y mi sangre era demasiado vigorosa para que yo la entendiera. Ahora sí la entiendo. Te diré cuál es:
¿Tiene corazón este camino ?
Todos los caminos son lo mismo. No llevan a ninguna parte. Son caminos que van por el matorral. Puedo decir que en mi propia vida he recorrido caminos largos, largos, pero no estoy en ninguna parte. Ahora tiene sentido la pregunta de mi benefactor. ¿ Tiene corazón este camino ?
Si tiene, el camino es bueno; si no, de nada sirve.
Ningún camino llega a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no. Uno hace gozoso el viaje; mientras lo sigas, eres uno con él. El otro te hará maldecir tu vida.
Uno te hace fuerte; el otro te debilita.."


-----------------------------------------------------------------------------------------------------------


Hombre de Conocimiento

En nuestras conversaciones, Don Juan usaba a menudo la frase “ hombre de conocimiento”, o se refería a ella, pero nunca explicaba qué quería decir. Inquirí al respecto.
-Un hombre de conocimiento es alguien que ha seguido de verdad las penurias de aprender –dijo-. Un hombre que, sin apuro, sin vacilación, ha ido lo más lejos que pudo en desenredar los secretos del poder y el conocimiento.
- ¿Puede cualquiera ser un hombre de conocimiento ?
- No, no cualquiera
- ¿Entonces qué debe hacer un hombre para volverse hombre de conocimiento?
- Debe desafiar y vencer a sus cuatro enemigos naturales
- Será un hombre de conocimiento tras derrotar a estos cuatro enemigos??
- Sí. Un hombre puede llamarse hombre de conocimiento sólo si es capaz de vencer a los cuatro.
- Entonces, ¿Puede cualquiera que venza a estos enemigos ser un hombre de conocimiento ?
- Todo el que los venza se convierte en un hombre de conocimiento
- ¿Pero hay requisitos especiales que un hombre debe cumplir antes de luchar con estos enemigos ?
- No hay requisitos. Cualquiera puede tratar de llegar a ser hombre de conocimiento; muy pocos lo llegan a serlo, pero eso es natural. Los enemigos que un hombre encuentra en el camino para llegar a ser un hombre de conocimiento son de veras formidables, de verdad poderosos; y la mayoría, pues , se pierde.
- ¿Qué clase de enemigos son don Juan ?
Se negó a hablar de los enemigos. Dijo que pasaría largo tiempo antes de que el tema tuviera algún sentido para mi. Traté de mantener vivo el tema, y le pregunté si pensaba que yo podía volverme hombre de conocimiento. Dijo que nadie podía decir eso de seguro. Pero yo insistí en preguntar si había algunas pistas que él pudiera usar para determinar si yo tenía o no oportunidad de convertirme en un hombre de conocimiento.
Dijo que dependería de mi batalla contra los cuatro enemigos – de si yo podía vencerlos o si salía vencido – pero que era imposible predecir el resultado de esa lucha.
Le pregunté si podía usar brujería o adivinación para ver el desenlace de la batalla. Dijo terminantemente que los resultados de la contienda no podían anticiparse por ningún medio, porque volverse hombre de conocimiento era cosa temporal. Cuando le pedí explicar sobre este punto, replicó:
- Ser hombre de conocimiento no tiene permanencia. Uno no es nunca en realidad un hombre de conocimiento. Mas bien, uno se hace hombre de conocimiento por un instante muy corto, después de vencer a los cuatro enemigos naturales.
- Debe usted decirme, don Juan, que clase de enemigos son.
No respondió. Insistí de nuevo, pero él abandonó el tema y se puso a hablar de otra cosa.


----------------------------------------------------------------------------------------------------------

Los cuatro enemigos


Cuando me disponía a partir, decidí preguntarle una vez mas por los enemigos de un hombre de conocimiento. Aduje que no podría regresar en algún tiempo y sería buena idea escribir lo que él dijese y meditar sobre ello mientras estaba fuera.
Titubeó un rato, pero luego comenzó a hablar.
- “Cuando un hombre empieza a aprender, nunca sabe lo que va a encontrar. Su propósito es deficiente, su intención es vaga. Espera recompensas que nunca llegarán, porque no sabe nada de los trabajos que cuesta aprender.
“Pero uno aprende así, poquito a poquito al comienzo, y luego más y más. Y sus pensamientos se dan de topetazos y se hunden en la nada. Lo que se aprende no es nunca lo que uno creía. Y así se comienza a tener miedo. El conocimiento no es nunca lo que uno se espera. Cada paso en el aprendizaje es un atolladero, y el miedo que el hombre experimenta empieza a crecer sin misericordia, sin ceder. Su propósito se convierte en un campo de batalla.
“ Y así ha tropezado con el primero de sus enemigos naturales: ¡El miedo! Un enemigo terrible: traicionero y enredado como los cardos. Se queda oculto en cada recodo del camino, acechando, esperando. Y si el hombre, aterrado por su presencia, echa a correr, su enemigo habrá puesto fin a su búsqueda.”
- ¿ Qué le pasa al hombre si corre por miedo ¿
- Nada le pasa, sólo que jamás aprenderá. Nunca llegará a ser hombre de conocimiento. Llegará a ser un maleante, o un cobarde cualquiera, un hombre inofensivo, asustado; de cualquier modo, será un hombre vencido. Su primer enemigo habrá puesto fin a sus ansias.
- Y qué puede hacer para superar el miedo ?
- La respuesta es muy sencilla: no debe correr. Debe desafiar su miedo , y pese a él debe dar el siguiente paso en su aprendizaje, y el siguiente ,y el siguiente. Debe estar lleno de miedo, pero no debe detenerse ¡ Esa es la regla! Y llega un momento que su primer enemigo se retira. El hombre empieza a sentirse seguro de sí. Su propósito se fortalece. Aprender no es ya una tarea aterradora.
“ Cuando llega ese momento gozoso, el hombre puede decir sin duda que ha vencido a su primer enemigo natural “.
- ¿Ocurre de golpe, don Juan, o poco a poco ?
- Ocurre poco a poco, y sin embargo el miedo se conquista rápido y de repente.
- ¿Pero no volverá el hombre a tener miedo si algo nuevo le pasa ?
- No. Una vez que un hombre a conquistado el miedo, está libre de él por el resto de su vida, porque a cambio del miedo ha adquirido la claridad: una claridad de mente que borra el miedo. Para entonces, un hombre conoce sus deseos; sabe como satisfacer esos deseos. Puede prever los nuevos pasos del aprendizaje, y una claridad nítida lo rodea todo. El hombre siente que nada está oculto.
“ Y así ha encontrado a su segundo enemigo: ¡ la claridad ! Esa claridad de mente, tan difícil de obtener, dispersa el miedo, pero también ciega.
“ Fuerza al hombre a no dudar nunca de sí. Le da la seguridad de que puede hacer cuanto se le antoje, porque todo lo que ve lo ve con claridad. Y tiene valor porque tiene claridad, y no se detiene en nada porque tiene claridad. Pero todo eso es un error; es como si viera algo claro pero incompleto. Si el hombre se rinde a esa ilusión de poder, ha sucumbido a su segundo enemigo y será torpe para aprender. Se apurará cuando debía ser paciente, o será paciente cuando debía apurarse. Y tonteará con el aprendizaje, hasta que termine incapaz de aprender nada más.
- ¿ Qué pasa con un hombre derrotado en esa forma , don Juan ? ¿ Muere en consecuencia?
- No, no muere. Su segundo enemigo nomás ha parado en seco sus intentos de hacerse hombre de conocimiento, en vez de eso, el hombre puede convertirse en un guerrero impetuoso , o un payaso. Pero la claridad que tanto ha pagado no volverá a transformarse en oscuridad y miedo. Será claro mientras viva, pero ya no aprenderá ni ansiará nada.
- Pero ¿ qué debe hacer para evitar la derrota ?
- Debe hacer lo que hizo con el miedo: debe desafiar su claridad y usarla sólo para ver, y esperar con paciencia y medir con tiento antes de dar otros pasos; debe pensar, sobre todo, que su claridad es casi un error. Y vendrá un momento en que comprenda que su claridad era sólo un enemigo, y llegará a una posición donde nada puede ya dañarlo. Esto no será un error ni tampoco una ilusión. No será solamente un punto delante de sus ojos. Ese será el verdadero poder.
“ Sabrá entonces que el poder tanto tiempo perseguido es suyo por fin. Puede hacer con él lo que se le antoje. Su aliado está a sus órdenes. Su deseo es la regla. Ve claro y parejo todo cuanto hay alrededor. Pero también ha tropezado con su tercer enemigo: ¡el poder !
“ El poder es el mas fuerte de todos los enemigos. Y naturalmente, lo más fácil es rendirse;
después de todo, el hombre es de veras invencible. El manda; empieza tomando riesgos calculados y termina haciendo reglas, porque es el amo del poder.
“ Un hombre en esta etapa apenas advierte que su tercer enemigo se cierne sobre él. Y de pronto, sin saber, habrá sin duda perdido la batalla. Su enemigo lo habrá transformado en un hombre cruel y caprichoso:”
- ¿Perderá su poder ?
- No, nunca perderá su claridad ni su poder.
- Entonces ¿ que lo distinguirá de un hombre de conocimiento ?
- Un hombre vencido por el poder muere sin saber realmente cómo manejarlo. El poder es sólo una carga sobre su destino. Un hombre así no tiene dominio de sí mismo, ni puede decir cómo ni cuándo usar su poder.
- La derrota a manos de cualquiera de estos enemigos ¿ Es definitiva ?
- Claro que es definitiva. Cuando uno de estos enemigos vence al hombre, no hay nada que hacer.
- ¿ Es posible, por ejemplo, que el hombre vencido por el poder vea su error y se corrija?
- No, Una vez que el hombre se rinde, está acabado.
- ¿Pero si el poder lo ciega temporalmente y luego él lo rechaza ?
- Eso quiere decir que la batalla sigue. Quiere decir que todavía está tratando de volverse hombre de conocimiento. Un hombre está vencido sólo cuando ya no hace la lucha y se abandona.
- Pero entonces, don Juan, es posible que un hombre se abandone al miedo durante años, pero finalmente lo conquiste.
- No, eso no es cierto. Si se rinde al miedo nunca lo conquistará, porque se asustará de aprender y no volverá a hacer la prueba. Pero si trata de aprender durante años, en medio de su miedo, terminará conquistándolo porque nunca se habrá abandonado a él en realidad.
- ¿ Cómo puede vencer a su tercer enemigo, don Juan ?
- Tiene que desafiarlo, con toda intención . Tiene que llegar a darse cuenta que el poder que aparentemente ha conquistado no es nunca suyo en verdad. Debe tenerse a raya a todas horas, manejando con tiento y con fé todo lo que ha aprendido. Si puede ver que, sin control sobre sí mismo, la claridad y el poder son peores que los errores, llegará a un punto en el que todo se domina. Entonces sabrá cómo y cuando usar su poder. Y así habrá vencido a su tercer enemigo.
“ El hombre estará, para entonces, al fin de su travesía por el camino del conocimiento, y casi sin advertencia, tropezará con su último enemigo: ¡la vejez! Este enemigo es el más cruel de todos, el único que no se puede vencer por completo; el enemigo al que solamente podrá ahuyentar por un instante.
“ Este es el tiempo en que un hombre ya no tiene miedos, ya no tiene claridad impaciente; un tiempo en que todo su poder está bajo control, pero también el tiempo en el que siente un deseo constante de descansar. Si se rinde por entero a su deseo de acostarse y olvidar, si se arrulla en la fatiga, habrá perdido su último asalto, y su enemigo lo reducirá a una débil criatura vieja. Su deseo de retirarse vencerá toda su claridad, su poder y su conocimiento.
“ Pero si el hombre se sacude el cansancio y vive su destino hasta el final, puede entonces ser llamado hombre de conocimiento , aunque sea tan sólo por esos momentitos en que logra ahuyentar al último enemigo, el enemigo invencible. Esos momentos de claridad, poder y conocimiento son suficientes”


(Las Enseñanzas de Don Juan, de Carlos Castaneda, Fondo de Cultura Económica, México)